sábado, agosto 07, 2010

La Capilla Sixtina...

La Capilla Sixtina
(2ª parte)
EL JUICIO FINAL

Esta obra monumental y extraordinaria es la última de la capilla pintada por Miguel Ángel. Así como había pintado la bóveda a pedido de su mecenas, el papa Julio II, veinte años después realizó este fresco, a pedido del papa Pablo III Farnese, quien retoma una idea de su predecesor, Clemente VII, sobre el recuerdo del “Sacco di Roma” (Saqueo de Roma). El tema elegido fue el Juicio Universal, que sería colocado en posición de gran relieve sobre el altar, una ubicación no habitual en la tradición iconográfica, y como perenne admonición sobre la caducidad de la vida y del Universo. Luego de largas tratativas, Miguel Ángel comenzó el trabajo en 1536 o tal vez en el verano del 1535. La inauguración oficial fue el día de Navidad del 1541.
La figura más importante de la inmensa composición es el gesto maldiciente de Cristo, colocado sobre el eje simétrico, pero muy arriba, de manera que bajo él se abra el vacío. Bajo la potencia de bíblica terribilidad de este gesto, parece partir un amplio vórtice horizontal, que compromete a toda la corte celeste, santos y vírgenes, profetas, mártires y apóstoles. Se los reconoce por sus atributos: San Juan Bautista con la piel, San Pedro con las llaves, Sant´Andrea con la cruz, San Lorenzo con la parrilla, San Bartolomé con su propia piel (en la cual Miguel Ángel realizó su autorretrato), San Simón con la sierra, Santa Catalina con la rueda, San Sebastián con las flechas. El torbellino esquiva sólo a la Virgen, ensimismada en su resignada melancolía, y se expande hacia lo alto en los dos episodios de las lunetas: la exhibición de la Cruz y la exaltación de los instrumentos de la Pasión.
Pero el gesto de Cristo es también el punto gravitacional de un segundo vórtice en violentísimo movimiento de ascenso y descenso, que incluye en un único caos perpetuamente fluctuante ángeles y condenados, demonios y resucitados. A su modo participan los elegidos, que ascienden al cielo a lo largo del lado izquierdo, y los condenados que se precipitan sobre el lado derecho, luchando en vano con los ángeles guardianes. En el centro, se despliega el vacío, ocupado tan solo por el estruendo de las trombas del Juicio, zona de resonancia en la cual, la violencia dinámica de los grupos simples se expande produciendo el nivel más exacerbado de emotividad. Más abajo, ya fuera del torbellino, los dos episodios de la resurrección de los muertos (a la izquierda), animado del pathos atormentado y doliente del retorno a la vida, y de la barca de Caronte que sintetiza, en la violencia del gesto del barquero, y en el anónimo amontonamiento empeñoso de los cuerpos, la desesperación de todo el Infierno (a la derecha).
Muchas fueron las críticas que soportó Miguel Ángel por su pintura, en relación sobre todo a los desnudos, al punto de sembrar sospechas de herejía y desaconsejando la conveniencia de tantos desnudos en un lugar sagrado, hasta encargar a un cercano a Miguel Ángel (Daniele da Volterra) que pintara “bragas” a los desnudos. A causa de tal faena, da Volterra arrastró el ominoso seudónimo de “il braghettone”, y por lo tanto el aspecto original de la obra sólo puede reconstruirse comparándolo con algunas copias realizadas antes de las “veladuras”, como la de Marcello Venusti, en Nápoles.


Si bien la obra fue realizada en un ambiente ya espiritualmente dentro de la Contrarreforma, las formas son renacentistas, pero abrevan en las raíces del Medioevo. El modelo iconográfico reconoce claramente fuentes como Giotto, Camposanto de Pisa y Orcagna. Miguel Ángel acentúa el tono irrealista imponiendo una unidad de visión espacio-temporal que lo lleva a renunciar a la partición tradicional. El drama es único e instantáneo, y se abre más allá del tiempo y del espacio, entendido en sentido humano.
Las fuentes de su iconografía son La Biblia, la Divina Comedia, el Dies Irae (Días de la ira), las prédicas mismas del monje Savonarola. Todas o algunas de ellas, no puede decirse en forma precisa, pero sí puede hablarse de “sugestiones” presentes en su imaginario, que a veces toman la forma de citas concretas, como es el caso del Caronte, de Minos, de los diablos que llevan a horcajadas a los condenados, episodios y personajes de evidente origen dantesco. Pero en general, valen en cuanto pueden confluir, indirectamente, en la meditación del artista sobre el tema supremo de la Muerte y el Juicio. A pesar de abrevar en concepciones formales de inspiración medieval, con figuras de carácter renacentista, el artista adopta libremente algunas soluciones heterodoxas que desconcertaron a sus contemporáneos, como ángeles sin alas, santos sin aureola, demonios con cuernos y deformados, al estilo medieval. Aquí el estilo renacentista se transforma para expresar contenidos completamente nuevos, una espiritualidad alucinantemente reaccionaria, una admonición de elocuencia savonaroliana sobre la vanidad de las cosas y sobre la despiadada irreversibilidad del Juicio.

Descripción de los principales personajes (esquema):




A) Mundo Celeste:

1. Cristo Juez
2. La Virgen
3. San Lorenzo
4. Santa Marta o Santa Ana
5. San Andrés
6. Raquel o la Beatriz de Dante
7. Noé, o Enoch o Pablo III.
8. San Juan Bautista o Adán
9. Abrahám o San Bernardo o Julio II
10. Abel
11. 12. Níobe con una hija o Eva, o personificación de la maternidad, o la Iglesia misericordiosa y una hija.
13.La hija del faraón que encontró a Moisés o Sara, o Eva.
14. El arcángel Gabriel llevando la cruz.
14(a). Un ángel transporta la columna de la pasión.
15. Francesco Amadori, llamado el Urbino, o Tomás de Cavalieri.
16. San Bartolomé (con el rostro del Aretino).
17. La piel de San Bartolomé con el autorretrato de Miguel Ángel.
18. San Marco o Clemente VII.
19. San Pablo.
20. San Pedro.
21. Job, o Adán o Abraham.
22.La mujer de Job o Eva.
23.San Longino
24 Simón Zelota
25 San Felipe
26.Santa Catalina de Alejandría
27.San Blas
28. San Sebastián
29. San Fco. De Asís, o San Andrés, o Simón Cireneo.
30. Moisés o Adán.
31. Dante Aliguieri


B) Ángeles con las trompetas:
32. El arcángel San Miguel con el libro de los elegidos.

C) Resurrección de los muertos:
33. Dante
34. Miguel Ángel, o el papa Julio II o Martín Lucero.
35. Miguel Ángel.
36. Savonarola.

D) Beatos que ascienden a los cielos:
37.38.39. Un beato que levanta a dos negros.

E) Réprobos condenados al Infierno:
40. Un orgulloso, o un condenado por desesperación.
41. Un demonio.
42. Un orgulloso o un perezozo.
43. Un avaro o un papa simoníaco (Nicolás III).
44. Un iracundo o un orgulloso.
45. Un lujurioso.
46.47.Pablo y Francisca de Rímini.
48. Un orgulloso o un estafador.
49. Caronte o Satanás (con los rasgos del Condestable de Borbón).
50. César Borgia.
51. Minos (con los rasgos de Biagio de Cesena).
52.53. El conde Ugolino y el arzobispo Ruggeri.

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Bibliografía:


Adaptación y traducción de “Michelangelo e Raffaello in Vaticano”. Edizione Speciale per i musei e gallerie Pontificie.

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Para acceder a la 1ª parte (visita virtual, frescos laterales y bóveda de Miguel Ángel):











2 comentarios:

Anónimo dijo...

excelente post

Greta dijo...

Muchas gracias por tu visita Luis, y por tu comentario.

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